
La Escuela Deportiva Judotecnia dio un paso firme en su consolidación institucional tras realizar, en días pasados, la ceremonia de entrega de cintas a los alumnos que, tras un año de esfuerzo constante, cumplieron con los requisitos para su promoción de grado.
El dojo Judotecnia “Hermanos Galeana”, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, se vistió de gala para recibir a 40 judokas, quienes estuvieron acompañados por familiares y compañeros, testigos de este importante avance en su formación dentro del “Camino de la Flexibilidad”.
El grupo de sinodales estuvo integrado por los Sensei Javier Torres Castañeda, Josefina Mondragón, Andrea Lecheño y Jesús Rosas, quienes también fueron los encargados de evaluar y presentar las propuestas de los candidatos, basándose en un riguroso seguimiento anual de su desempeño.
Un ascenso basado en valores
Más allá de la técnica, la promoción de grados en Judotecnia se rige por premisas integrales. A lo largo de un año, sus maestros evaluaron el desempeño en los entrenamientos, el dominio técnico según el nivel, la asistencia, la participación en torneos y clases especiales, así como el comportamiento, la educación y el rendimiento escolar. Especial énfasis se puso en el cumplimiento de los principios del arte marcial dentro y fuera del tatami.
Este proceso de observación anual permite determinar quién está listo para asumir la responsabilidad que conlleva un nuevo grado, o quién debe aguardar un período adicional para fortalecer su compromiso con el arte marcial y la institución.
El Espíritu del Judo
Durante el protocolo, los alumnos —ataviados con sus impecables judogis blancos— se formaron frente a sus maestros, quienes custodiaban las nuevas cintas ordenadas jerárquicamente sobre el tatami, desde la Amarilla hasta la Café.
Tras el saludo marcial inicial, cada alumno fue llamado por su nombre para colocarse frente a su nuevo grado. En un acto de profundo respeto, los promovidos se arrodillaron en seiza, se despojaron de su cinta anterior y recibieron el nuevo cinturón de manos de sus maestros que les amarraron con fuerza el cinto, momento que fue celebrado con calurosos aplausos por parte de la concurrencia.
La jornada concluyó con el saludo de despedida y un ambiente de camaradería, donde tras tomarse la foto oficial de todo el grupo, los abrazos y las felicitaciones entre compañeros y familiares cerraron con broche de oro este logro deportivo y personal.
Fotos: Cortesía.


