
Cada 4 de septiembre, la comunidad global celebra el Día Internacional del Taekwondo, conmemorando la fecha en que este arte marcial coreano fue reconocido oficialmente como un deporte olímpico. Esta disciplina, que se ha consolidado como un fenómeno mundial, es mucho más que patadas y puñetazos; es un sistema de valores que promueve la disciplina, el respeto y la perseverancia.
De acuerdo con varias fuentes, el origen del Taekwondo se remonta a antiguas artes marciales coreanas como el Taekkyeon y el Subak, e incluso, algunos textos refieren que también tomó aspectos del karate japonés. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando el General Choi Hong Hi sistematizó y unificó sus técnicas, dándole el nombre de Taekwondo, que se traduce como “el camino del pie y el puño”.
Esto llevó a que tomara una gran popularidad en diferentes partes del mundo, lo que condujo a su inclusión en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, lo que marcó un hito histórico, impulsando su práctica y expansión a nivel global.
Se estima que en la actualidad, el Taekwondo es practicado por más de 80 millones de personas en más de 200 países en todo el mundo, desde niños hasta adultos mayores, donde su práctica no solo mejora la condición física, sino que también inculca una filosofía de vida basada en los cinco principios del Taekwondo: cortesía, integridad, perseverancia, autocontrol y espíritu indomable. Estos valores son esenciales para el desarrollo personal y la formación de ciudadanos responsables.
El 4 de septiembre se convierte así en una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de las artes marciales en la sociedad moderna y para honrar a los maestros, instructores y atletas que, con su dedicación, mantienen vivo el espíritu del Taekwondo.

Imagen: Archivo ©Sendero Artes Marciales.