Con cerca de 30 años de iniciar sus actividades, la escuela “El Espíritu de Shotokan”, ha logrado conservar los cimientos del karate-do tradicional que le dieron su esencia para avanzar, a paso lento pero seguro, en la consolidación como organización y familia marcial.
Shihan Álvaro Ruiz Muñoz, Cinta Negra 7º Dan, es el responsable de esta escuela en el Salón de los Espejos de Villa Olímpica de la Ciudad de México, lugar donde una tarde de entrenamiento accedió a una entrevista para platicar, luego de una hora de clase en la que se hizo la revisión de técnicas en alumnos.
Paciencia, preceptos y reglas para crecer
Con sudor en la frente por los ejercicios, quien lleva más de 40 años en la práctica del karate-do, mencionó que su escuela “El Espíritu de Shotokan”, tiene como base y, ante todo, seguir la reglas y principios establecidos por el maestro Gichin Funakoshi, fundador del estilo Shotokan.
“Entre estas reglas básicas, buscamos mantener los preceptos del Dojo Kun, además de los 20 preceptos del Niju Kun que ayudan a fortalecer valores, desde el punto de vista físico, técnico y filosófico, lo cual conlleva a un desarrollo espiritual, que es lo que buscamos aquí, que cada alumno tenga, como objetivo principal, ser un mejor ser humano”.
Por esta razón, dijo, los integrantes de “El Espíritu de Shotokan”, que forma parte de la International Shotokan Karate Federation (ISKF), se centran más en el desarrollo y perfeccionamiento de técnicas y la persona misma, lo que le da la esencia y permanencia del karate-do tradicional.
Aun con ello, prosiguió, si alguno de los alumnos o instructores desea incursionar y desarrollar los aspectos deportivos y de competencia del arte marcial, son respaldado por todos sus compañeros, tal y como se haría en una gran familia, en la que veces hay molestias y alegrías, pero, sobre todo, apoyo.
Gracias a esto, recordó, se han logrado que la organización cuente con campeones nacionales, panamericanos y mundiales, tanto de eventos de federaciones nacionales, como internacionales ajenas a la ISFK.
Un ejemplo fueron los resultados obtenidos en agosto pasado en el Campeonato Panamericano 2018, realizado en Panamá, donde integrantes de la ISFK México obtuvieron 41 medallas, lo que los colocó en el segundo lugar del medallero general.
Esta convivencia y manera de trabajar ha hecho que dentro de esta escuela se cuente con practicantes desde cinta blancas principiantes, hasta Cinta Negra de 4º, 5º y 6º Dan reconocidos por la misma International Shotokan Karate Federation.
“Es un grupo consolidado a través del ejemplo, la competencia es una mínima parte, lo que nos importa qué tan disciplinado y dedicado sea para aprender y entrenar, porque eso es todo lo que necesitas para el karate; a final de cuentas, lo que buscamos es formar personas sanas física, mental y espiritualmente”.
Esta filosofía dentro de “Espíritu de Shotokan”, es lo que les ha dado la fuerza, mencionó Shihan Álvaro Ruiz, quien mencionó que, en sus más de 40 años de práctica, ha visto cómo muchos grupos nacen, se deshacen, vuelven a integrarse en otros grupos donde no fueron formados y donde se ven diferencias desde la ejecución y comportamiento.
Incluso, afirmó, para consolidar más su organización, es obligatorio y responsabilidad que todos los grados avanzados de los diferentes estados, acudan a una clase mensual para homologar criterios y técnicas, quedando exentos aquellos que se encuentran en estados lejanos, tal como ocurre con aquellos que viven en Sonora, pero que acuden a seminarios especiales cerca de sus entidades.
Estas actividades se refuerzan con tres seminarios y cursos de calidad internacional que se realizan en México, a los cuales acuden instructores certificados por la ISKF, mismos que se han realizado a lo largo de 25 años.
Escuela con esencia
Shihan Álvaro Ruiz Muñoz mencionó que lo anterior es parte de los aspectos que los hace diferentes a otras organizaciones, toda vez que se busca que todos sus integrantes sean campeones en la vida, con base al entrenamiento de karate-do.
Gracias a ello, apuntó, se cuenta con alumnos que van desde los 4 años de edad, hasta mayores de 60 años, e incluso, cuentan con instructores mayores de 80 años de edad.
Con estos antecedentes, mencionó que su grado de 7º Dan, reconocido por la ISKF, fue obtenido en meses pasados como parte de su trayectoria como practicante.
Mencionó que para obtenerlo realizó examen ante un consejo técnico de más de 14 sinodales de todo el mundo, a parte del instructor en jefe, el maestro Hiroyoshi Okazaki, que además incluyó un trabajo de tesis sobre biomecánica, la ejecución técnica, así como la presentación de un kata de las 26 que tiene la ISKF.
“Se requiere entrenar mucho tiempo. En mi caso, todos los sábados hago todas las katas, siempre; desde la más básica, hasta las avanzadas. Entreno solo desde hace tiempo, siguiendo todo lo que hago en el campamento, considerando las indicaciones de mis maestros”.