Por Leonel Pedraza González, colaboración especial desde China
Wudangshan, China, agosto 2014.- El Kung Fu Daosita de Wudang es todo lo que las historias cuentan, está lleno de un misticismo y energía proveniente del camino del Dao que sólo puede entenderse cuando se practica.
Ahí pasé diez de entrenamiento, para luego continuar mi recorrido por la región de Zhong Guo, el maravilloso “Reino del Centro” como lo llaman los chinos…
La práctica del Kung-Fu es la actividad que más tiempo he realizado en toda mi vida, y creo firmemente que esta disciplina y tantos años de esfuerzo han sido fundamentales para obtener logros en todos los aspectos de mi vida, no solo en las artes marciales.
En realidad, tenía un tiempo ya coqueteando con la idea de dedicarme de lleno a esta disciplina y forma de vida, pero las ataduras económicas, sociales y la comodidad obtenida siempre son algo difícil de dejar.
Luego de mi regreso de este viaje, en México no podía dejar de pensar en mis experiencias en Wudangshan, y entre los horarios demandantes de mi trabajo y los compromisos sociales, casi no tenía tiempo de entrenar en mi escuela de la ciudad, así que la frustración se acumuló día con día.
Así pasaron seis meses desde mi regreso de China, en este tiempo varios factores se conjugaron para permitirme imaginar que podría ir a estudiar a China por un largo tiempo. Y precisamente, fue “Yuanfen” o el destino como le llaman los chinos quien me indicó lo que debía hacer.
Pero, una vez que tomé la decisión de dejarlo todo para viajar y quedarme en China, fue que comenzaron los contratiempos, entre ellos, conseguir a alguien que rentara un cuarto del departamento donde vivimos y así poder compartir la renta y los gastos.
Aunque ya tenía dinero ahorrado desde años atrás, todo se redujo casi a la mitad al comenzar los gastos de visas y preparativos; pero aun así, la suerte seguía de mi lado y todo quedó solucionado.
Creo que gran parte de todo está en tener una actitud positiva ante los contratiempos. Esto, en mi caso, me ha ayudado, y aunque no siempre es la solución, por lo menos ayuda a mantener la mente clara y encontrar otros caminos. Es como un combate donde “el que se enoja pierde”.
Con esta mentalidad, fue que se dio que todo estuviera listo, siendo a la vez el momento de hablar con mi jefe en el trabajo que desempeñaba, y hacerle saber mi decisión.
Trabajaba en un estudio de audio publicitario, el ambiente de trabajo era bastante bueno y mi jefe es una persona muy abierta que sabe escuchar, así que fue un poco difícil para mí renunciar.
No siempre se puede contar con jefes así, pero al escuchar mis inquietudes, él me dijo que aunque no le gustaba la idea de que me fuera, me daba sus mejores deseos, y aunque todo estaba funcionando como reloj, a mi alrededor, siempre hay una parte de uno mismo que teme y augura lo peor, y conforme pasaban los días, esa parte crecía y se hacía más presente.
El miedo a lo desconocido es un terrible enemigo que nos puede paralizar completamente, o incluso, convertirnos en alguien malvado, por eso siempre me han gustado los torneos de combate, más que una pelea de fuerza o técnica contra otro, más que una lucha por ganar, para mí siempre ha sido un enfrentamiento conmigo mismo y mis miedos.
El miedo a lo desconocido, el tiempo que transcurre desde que uno se inscribe hasta que entra al área siempre ha sido de mucha tensión y miedo, mi mente da vueltas y muchas veces pienso que no es necesario demostrar nada y que no necesito combatir, pero es tan solo el miedo que habla, porque una vez dentro de esta área, uno debe de tomar las riendas del cuerpo y la mente para hacer aquello para lo que entrenamos.
Si el miedo nos paraliza perdemos. Si el miedo nos sobrepasa y se convierte en enojo perdemos. Si tomamos nuestro miedo y lo enfrentamos con la seguridad que nuestro arte marcial debe de darnos, ganemos o perdamos el combate, seremos vencedores. Lo mismo aplica para todos las aspectos de la vida.
Ahora ya han pasado muchos meses desde que llegue a vivir a Wudangshan, y la cantidad de experiencias, amistades y conocimiento que he adquirido han hecho que esta decisión sea sin duda la mejor de mi vida.
El Kung Fu Daosita de Wudang es todo lo que las historias cuentan, está lleno de un misticismo y energía proveniente del camino del Dao que sólo puede entenderse cuando se practica. Por ahora, mi intención es ser aceptado oficialmente como discípulo de Shifu Wang, y así, espero que cuando regrese a México pueda transmitir este conocimiento a muchas personas y ayudar a esparcir esta maravillosa tradición Daoista en nuestro país.
Fotos: Leonel Pedraza González
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Amigos de Sendero, NO DEJAN DE SORPRENDERME! que interesantes reportes de china, por ustedes me entere del abanderamiento de la selección nacional de karate, sobre la partida de la seleccion de judo a rusia, estoy buscando en internet y no hay noticias, solo ustedes, SIGAN ASI!!! se nota que estan creciendo, solo les pido un favor, cuando sean grandes, famosos e internacionales, no se olviden de nosotros sus lectores que los seguimos desde sus inicios
Muchas Gracias, por seguirnos y escribir, y vamos a crecer contigo y los demás amigos que nos siguen porque todos estamos en este Sendero… un abrazo