¡Lo logró!, Eduardo Gómez Quiroga demostró su espíritu de guerrero al superar la prueba de los 30 kumites, al realizar 31 combates de Karate Do Kyokushin, organizado por la asociación IKO Matsushima México, y con lo que se convirtió en el primer mexicano en realiza este reto extremo.
El deportivo “Benito Juárez”, en la alcaldía del mismo nombre, en la Ciudad de México (CDMX), fue el lugar donde se llevó a cabo esta hazaña que se realizó por primera ocasión en nuestro país, donde se contó con la presencia de Hanshi Roman Szyrajew, Chairman de IKO Matsushima para Norte América, para testimonio y reconocimiento internacional.
Minutos antes de las 09:00 horas, el escenario y los practicantes de Karate Do Kyokushin ya se encontraban listos para el llamado “Sanjyunin Kumite” (combate de 30 personas), el cual es una versión del Hyakunin Kumite, prueba máxima de este estilo del arte marcial, en el una persona enfrenta a 100 oponentes.
Esta prueba fue instituida por Sosai Mas Oyama, creador del estilo de Karate Do Kyokushinkaikan, considerado uno de los estilos más rigurosos del arte marcial, como una manera de forjar y probar el estado físico, mental y espiritual del practicante, particularmente para aquellos que desean subir de grado Dan.
Para el reto de un practicante contra 30 oponentes fuera válido y se reconociera la meta, se establecieron ciertas reglas, entre las cuales estuvieron el que cada encuentro fuera bajo las reglas de Kyokushin, cada combate tendría que ser de minuto y medio, que los participantes tuvieran el grado de Cinta Negra, ganar el 50% +1 de los encuentros, después de 20 kumites, tener un descanso de 4 minutos, contar con servicio médico especializado, entre otros.
Con todo lo anterior ya establecido, dio inicio la prueba extrema en la que Eduardo Gómez Quiroga inició con gran fuerza y control para no malgastar sus energías, con lo cual comenzó a ganar sus primeros encuentros.
En cada uno los kumite, los golpes de barridas, rodillazos y patadas a piernas, entrepiernas y tórax resonaban en el lugar, así como las explosiones de energía de cada uno de los movimientos.
Cabe mencionar que en este estilo de Karate-Do no están permitidos golpes a la cabeza o rostro con manos, aunque esto sí es válido con patadas y rodillazos.
Conforme pasaron los minutos y los contrincantes desfilaban uno tras otros sin dejar de combatir, la fortaleza de Eduardo Gómez comenzó a menguar, pero no así su determinación por llegar al final.
Después de media hora de combates, llegó el receso de los 4 minutos, momento en el que el médico pasó a revisar los signos vitales y estado de salud de Eduardo, así como para que sus compañeros del Dojo Ki No Sekai le dieran indicaciones y una bebida hidratante.
A estas alturas de la prueba, la mayoría de los encuentros habían sido ganados, por lo que el reto de llegar al final se mantenía firme.
Terminado el receso, se prosiguió con el combate número 21 y los siguientes que cobraron mayor intensidad, la cual fue intensificada por los gritos de apoyo para Eduardo por parte de sus compañeros y practicantes que eran testigos de esta prueba extrema.
Cuando llegó el combate número 30, los aplausos y vivas tronaron en el lugar para motivar y festejar el triunfo de Eduardo; sin embargo, para que la prueba fuera superada y reconocida, los jueces determinaron que debería enfrentar un kumite más.
De esta manera, con brazos y piernas temblando de la fatiga, con el karategi con manchas de sangre de sus puños y los de sus oponentes, inició el combate 31, el cual hizo que las porras, aplausos y gritos de apoyo se incrementaran, hasta que se consumió el minuto y medio llegó la decisión.: la prueba extrema había sido superada.
Al hablar sobre esta prueba máxima, con una gran sonrisa, Eduardo Gómez comentó:
“ Me siento cansadísimo, golpeadísimo… yo creo que es lo más cansado que he hecho en mi vida”.
“Desde la mitad, más o menos, me dolía muchísimo pegar… lo único que pasó en mi mente fue ¿cómo le voy a hacer, qué más tengo para pegar?”.
Eduardo Gómez Quiroga tuvo un récord de 22 kumites ganados, 7 perdidos y 2 empates, con lo que, además de superar la prueba, obtuvo el grado de 2º Dan Cinta Negra, el cual le fue entregado por Hanshi Roman Szyrajew, así como un trofeo y unos regalos que le entregó Sensei Jacobo Ramírez, presidente de Kyokushin México – IKO Matsushima.
Cabe mencionar que este evento fue cerrado con la presentación de un grupo de niños practicantes de Karate Do Kyokushin –las nuevas generaciones de practicantes–, quienes realizaron un kata de este estilo ante los jueces y sus compañeros avanzados.
Fotos ©Sendero Artes Marciales.