Es madre soltera “de una hermosa hija de 12 años”; también, es una profesionista dedicada al mundo de los negocios de empresas, y gracias a ella fue el karate-do femenino en México brilló a nivel internacional, al obtener la primera Medalla de Plata ganada en la especialidad de kumite (combate) dentro de un Campeonato Mundial de Karate, motivo por el cual Adriana Flores Alvarado pasó a formar parte del “Salón de la Fama” de la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME).
La proeza de Adriana Flores ocurrió en 1990, cuando en el entonces Distrito Federal se realizó la 10ª edición del World Karate Championships, y luego de una destacada trayectoria dentro del Camino de la Mano Vacía de quien actualmente vive al norte del país.
Luego de unos mensajes y con apoyo de la Comisión de la Mujer, de la Federación Mexicana de Karate y Artes Marciales Afines, A.C. (FEMEKA Mujer), se logró una breve pero interesante entrevista con una mujer que demuestra que lleva el kumite a todos los tatamis de su vida personal, profesional y como madre de familia.
Sin pose alguna, Adriana Flores se describe de manera sencilla:
“HOY.- Soy una madre soltera de una hermosa hija de 12 años –a la que lamentablemente no le gusta el karate–. Soy profesionista especialista en Recursos Humanos, y por más de 20 años, me he dedicado al mundo de las empresas.
“En cuanto a personalidad, fui y siempre he sido, una mujer activa; muy inquieta, apasionada en todo lo que hago. Antes mi pasión era el karate, hoy lo es mi trabajo. Extrovertida, de carácter fuerte, muy bromista y amiguera”.
En cuanto a sus inicios primeros pasos en el Camino de la Mano Vacía, Flores Alvarado comenta que fue todo un acto contra lo establecido que inicio cuando aún era una niña.
“Mi vida en el karate comenzó a los 11 años. Antes, fui porrista en un equipo de futbol americano donde mis hermanos entrenaron desde pequeños. Un tanto por rebeldía propia de mi edad y de mi carácter, decido no entrar esa temporada, y frente al club de americano había una escuela de karate. Mi madre no quería tenerme sin actividad, y me pidió que fuera a ver a ver si me gustaba”.
“Así empecé, por curiosidad, y muy pronto me enamore del karate. A los tres meses de haber empezado, tuve mi primer torneo de Novatos donde obtuve el 2° lugar, y ya nada me detuvo para continuar hasta los 24 años que decidí dejarlo, muy a mi pesar, para darle paso a los retos profesionales”
(Las últimas palabras son señaladas por Adriana Flores con una muestra de tristeza por esta decisión).
¿Puedes platicarnos sobre la medalla de plata que ganaste, y lo que representó para ti como mujer. Qué pensaste y sentiste?
“Con toda honestidad, en ese entonces la Medalla de Plata representó un triunfo inesperado. Había participado a mis 16 años en mi primer mundial en el Cairo, Egipto, donde me eliminaron en la primera ronda. Entonces, sabía lo que era un mundial y la calidad de los competidores. A esa edad, mi ambición no iba más allá de ser seleccionada”.
“La Federación de Karate estaba en pañales en el tema de preparación a sus Atletas de Alto Rendimiento, por primera vez nos concentraron meses antes (no recuerdo cuanto), en el Centro Ceremonial Otomí, y a consecuencia del exceso de entrenamiento y el cambio brusco en la alimentación, me provocaron una serie de lesiones musculares y estomacales, tan so
lo un par de semanas previo a la competencia.
“Lamentable, ¿no?, pero fui afortunada a la vez. Porque eso me permitió guardar reposo y bajar mi nivel de entrenamiento. Con esto que te cuento, creo que llegué en mi nivel óptimo a la competencia”.
“Muchos de mis compañeros llegaron fatigados. Yo no, estaba ‘fresca como una lechuga’. Era la más pequeña del equipo, y por lo tanto, me había estado fogueando con mis compañeras contrincantes que me llevaban años de ventaja en edad, peso y experiencia”.
“Así fue como obtuve el 2°Lugar. Estuve en shock unos meses”.
“No pensaba que había sido la primera mujer en ganar una Medalla Mundial de Plata, ni dimensionaba la magnitud de la osadía”.
“(Para mí), sólo era una medalla. La más preciada de todas, hasta ahí”.
Sin embargo, esta sola presea fue la que marcó la carrera de Adriana Flores en su carrera como practicante de karate-do, y un gran motivo por el que el 11 de diciembre del 2009 fue parte del Salón de la Fama de la CODEME.
“Al paso del tiempo, la prensa, los medios, el gobierno, las universidades no perdían oportunidad para reconocer mi logro, y fue así como, poco a poco, me di cuenta que había logrado algo más importante de lo que yo percibía”.
“Hoy, es un honor para mí que aún me recuerden como una de las pioneras, ya que después de mí, el karate logró cosechar muchas victorias, especialmente en el ramo femenil”.
¿Qué aportó y qué es ahora el karate-do para ti?
“El Karate aportó 13 años de formación personal. Lo que ahora soy es parte de esa fuerza interna, lucha y templanza que me han permitido obtener otros tantos éxitos personales, además de seguridad personal. Esa calma y ese coraje interno que uno guarda para momentos difíciles, donde hay que sacar la casta”.
“Me dejo toda una vida de recuerdos maravillosos y, por supuesto, muy buenos amigos que aún conservo, admiro y respeto”.
“En son de broma, siempre he dicho que de no haber sido por el karate… y con todo lo inquieta que era… tal vez hubiera sido pandillera, ji,ji,ji”.
¿Cómo has visto el desarrollo de la disciplina?
“Me encanta ver cómo ha evolucionado el karate, me enorgullece ver cómo se han cosechado triunfos, y al ver algunos videos de hijos de algunos amigos, me quedo sorprendida”.
“Me encanta ver y saber que hay más apoyo, que se la pasan viajando. Que los están fogueando desde categorías juveniles”.
“Veo que el sistema de puntuación es diferente, es electrónico, que hay más protección en las competencias. Es lo que alcanzo a ver por las redes”.
Como en muchas situaciones, a pesar de una destacada carrera dentro de una actividad como es el karate-do, Adriana Flores tuvo que decidir entre la vida profesional y la competencia, por lo que la pregunta obligada es: ¿Sigues entrenando?
“No entreno Karate, una vez que me divorcié del karate, lo deje todo atrás. Así lo digo yo:
“Dejar el karate, a tan temprana edad, fue un divorcio doloroso”.
“No hace mucho comencé a entrenar Savate, es un arte marcial mixto, estilo francés. Antes intente hacer deporte por salud, intente mil cosas y ninguna, nunca, me ha llenado tanto como me llenó el karate. Lo intente todo; y bueno, el Savate es lo que más se acerca”.
¿Cómo ves a las nuevas practicantes?
“Veo ahora jovencitas muy ‘gallonas’, muy ágiles y aguerridas. Me daría miedo echarme un ‘tirito’ con ellas”.
¿Qué te gustaría aportar al karate-do de México?
“Después de la Medalla de Plata, cada año la federación llevaba un equipo femenil a los Campeonatos Mundiales Femeniles de Francia y Japón. En ese tipo de torneos, si mal no recuerdo, mis grandes amigas y compañeras Honoria Mar y Angélica León (QED), lograron destacar también… Esa fue una de mis aportaciones, porque se abrieron muchas puertas para el sector femenil”.
“En lo futuro, me gustaría fungir como coaching a las atletas de alto rendimiento, algo similar al coaching empresarial aplicado en las competencias”
“Con mi expertís en el área, mis experiencias competitivas y mi pasión por la competencia, creo que pudiera ayudar mucho a las futuras campeonas”.
“Me encantaría que me invitaran a las Olimpiadas con la Selección Nacional. A mí, me hubiera gustado contar con un psicólogo de apoyo. Estoy segura que un ‘ubicatex’ en esa etapa me hubiera sentado mucho mejor”.
“Cuando estudiante, mi intención era especializarme en psicología deportiva; pero al final, el destino me llevó por la psicología laboral”.
Con estas palabras y un saludo cordial, terminó la breve entrevista con Adriana Flores Alvarado regresó al tatami de sus actividades como madre soltera y profesionista, en tanto llega el momento de volver a seguirla en su sendero para que nos platique más sobre el tema del ‘coaching empresarial aplicado en las competencias’.
Imágenes cortesía Adriana Flores y Comisión de la Mujer FEMEKA.
Agradecemos el apoyo de la Comisión de la Mujer FEMEKA.
Una Excelente competidora y una gran inspiración para muchas compañeras en su epoca
Lo que no se menciona en la entrevista es que Adriana fue para varias como yo un ejemplo a seguir, nuestra motivación. Después de verla competir entre 1988 y 1990 nos mostró el camino fascinante e inolvidable del karate; entrenabamos con la motivación de ser como ella, gracias Adriana.
Adriana. Me toci ser parte de la generacion cuando tu participabas y a mucha honra menciono que yo fui admirador de todos tus logros. Mil saludos
Mi reconocimiento a mi excompañera de la selección Nacional. Te mando un abrazo amiga.
Bravo Prima a parte de ser una excelente hija, hermana, Amiga y Madre una extraordinaria atleta mis Felicitaciones