Tras meses de que escuelas de artes marciales están cerradas a causa de la pandemia, Sensei Alberto Velasco redactó un texto en el que compartió su sentir al entrar en su Dojo de Karate-Do SKAI, vacío y silencioso por el momento, pero con toda la energía para levantar el espíritu.
Entendimiento del Despertar
Sensei Alberto Velasco*
Despierto por la mañana como cualquier día con las ganas y la alegría de saber que por la tarde iré a mi Dojo a impartir clases, olvidando en ese momento que estamos en cuarentena por esta pandemia que ha afectado a todo el mundo, y que, en lo personal, me ha quitado el poder llegar al Dojo y percibir ese olor tan peculiar de sacrifico, esfuerzo y sudor.
En esa ocasión fui al Dojo y al entrar, se percibía un gran silencio; solo vi el tatami intacto, la gran fotografía del padre del karate moderno (Gichin Funakoshi) que me detuve a observar sintiendo que está viva su imagen y me dice: Todo esto pasará y será mejor…
Yo solo hago una reverencia con un fuerte ¡Oss! que me sale del alma. Miro hacia atrás y no veo a esos niños impetuosos y traviesos que me llenan de preguntas, extraño su kiai de todos ellos, sus ganas de aprender más y más.
Después no veo llegar a los discípulos cintas negras que, por cierto, me llenan de orgullo y que ellos sin saber me animan, me motivan y enseñan tanto.
En esa ocasión, me puse el karategi pensando en no olvidar como amarrar el obi (cinta); después, practiqué choku- tsuki (golpe frontal de puño), y no sentí la vibración de costumbre al hacerlo al mismo tiempo que mis alumnos y empecé a subir la intensidad dándome cuenta que no lograba esa energía armónica de costumbre.
El sudor empezó a brotar acompañado de un cansancio y una ligera lágrima y preferí parar y respirar profundo y, sin pensarlo, empecé practicar el primer kata (forma) que se me vino a la mente que fue Tekki Shodan.
No tengo idea cuanto tiempo pasó, ni mucho menos cuántas repeticiones hice; finalmente, me sentí mejor y decidí practicar nuevamente choku-tsuki con la gran sorpresa que me sentí muy bien y agradecido…
Les comento todo esto porque no todo en la cuarentena es malo; de entrada, estoy escribiendo esto que tal vez algunos les sirva y, en lo personal, desde ese día entreno con más regularidad que antes, entendiendo y disfrutando más mi Karate-Do.
Ahora que he regresado a dar clases, entiendo más a los practicantes, mejor realmente al Karate-Do y, sobre todo, que el haber cerrado el Dojo pudo salvar algunas vidas, incluyendo la mía.
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*Sensei Alberto Velasco, CN 3er Dan, Jefe instructor de la Shotokan Karate Do Alliance International (SKAI), en Morelia, Michoacán.
Imágenes Facebook Sensei Alberto Velasco (Shotokan Morelia).