Aunque todo el mundo bebe agua y suda toda su vida, especialmente si se realiza algún tipo de actividad física intensa, como Artes Marciales, muy pocas veces se toma en cuenta la relación e importancia que existe entre una buena hidratación, la correcta transpiración y la salud.
En la transpiración se eliminan líquidos innecesarios y toxinas ayudando al cuerpo a mantener la temperatura correcta y constante en cualquier actividad gracias a la activación de millones de glándulas sudoríparas diseminadas a lo largo de la piel.
Aproximadamente el 70% del organismo es agua, por lo que si no hay una ingesta adecuada del líquido, nunca se alcanzará el 100% de rendimiento en cualquier actividad, mucho menos durante un entrenamiento, cualquiera que este sea.
La transpiración o el sudar por alguna actividad física provoca que la temperatura interna del cuerpo aumente considerablemente, lo que causa que el organismo utilice y consuma vitaminas, minerales y una serie de sustancias importantes al organismos que se eliminan por el sudor, gracias al agua, y que, entre otras funciones, tienen por tarea procurar un correcto funcionamiento del corazón.
Es en este momento en que la hidratación debe estar presente, ya que de no tenerla o no realizarse de manera adecuada, todo el organismo tendrá que esforzarse más de lo acostumbrado, y si se llega a un pérdida de agua corporal severa, entra en shock, será imposible transpirar y por consiguiente el enfriamiento natural del cuerpo que se reflejará con sed intensa, fatiga o cansancio, debilidad, mareo, desmayos y, en situaciones graves, la muerte.
Una hidratación adecuada no significa beber agua en abundancia una vez al día y de golpe, o solamente cuando estemos sedientos, sino que debe ser constante el transcurso del día, a sorbos pequeños para que el cuerpo la asimile adecuadamente.
También, para un parámetro aproximado de la correcta hidratación, se puede verificar el peso corporal antes y después de un entrenamiento, con la menor ropa posible, para conocer la diferencia antes y después del ejercicio, siendo sumamente importante considerar que la diferencia de peso que se registre no es por la quema de grasa, es únicamente a causa de la pérdida de agua por medio de la transpiración.
En esta situación, es necesario compensar este valioso líquido y beber una proporción de medio litro de agua por cada medio kilogramo perdido, manteniéndose así el peso normal, nunca por debajo del mismo.
Otra manera es prestar atención a los signos corporales que indican una deshidratación, como sentir la boca reseca o expulsar orina, mal oliente, turbia y más oscura de lo normal, así como pérdida de apetito, dolores de estómago, calambres musculares, fatiga y sofocamiento, entre otros síntomas relacionados.
En el caso de personas que realizan una actividad física intensa, la medida para prevenir una deshidratación es beber agua o un líquido hidratante antes, durante y después del entrenamiento, siendo recomendable ingerirlo un par de horas antes del ejercicio, para asegurar una adecuada hidratación.
Fuentes:
https://www.drfurman.com.ar/web/index.php?option=content&task=view&id=140
https://www.pac.com.ve/index.php?option=com_content&view=article&catid=57:deportes&Itemid=80&id=3949