La práctica del karatedo no ha sido siempre como hoy en día. Al ser una de las primeras disciplinas marciales en practicarse en México, el Camino de la Mano Vacía pasó por una época en la que no muy bien visto el que una mujer tratara de aprenderla, y no como una herramienta para la equidad de género como se ha desarrollado, motivo por el cual Sensei Norma Bach H. platica unos mitos que le tocó vivir.
Por Norma Bach H.
Como practicante de este bello Arte Marcial desde principios de los años 70’s del siglo pasado, he pasado por las más inverosímiles experiencias debido a que muchas veces me tocó entrenar únicamente con varones, además de mitos y prejuicios.
En ese tiempo se diferenciaba tajantemente cuales eran las actividades o profesiones “bien vistas” según el género de las personas. De igual manera, en ese tiempo tampoco estaba tan difundido el Karatedo.
Así es que cuando les preguntaba a mis amigas jovencitas en aquella época, si les gustaría acompañarme a entrenar para que ellas también se inscribieran al Club (así se les llamaba), me respondían horrorizadas que sus padres no se los permitirían, y entre los motivos que argumentaban se encontraban éstos:
1.- “El Karate es sólo para que lo practiquen los hombres”.
Falso. Cuando por fin se termine de aceptar que la diferencia entre hombres y mujeres debe hacerse, únicamente, en lo que es privativo del sexo, y obvio por la mayor fortaleza física del hombre, habremos dado un paso decisivo tanto del hombre como de la mujer.
¿Entonces por qué sólo para los hombres? Ambos sexos somos anatómicamente similares.
2.- “¡Tu cuerpo se deformará, te pondrás musculosa!”.
Mentira. Los ejercicios que se hacen son predominantemente aeróbicos, complementados con algunos ejercicios anaeróbicos para lograr cierta firmeza en el cuerpo.
Se requeriría de mucho tiempo de constantes y largas rutinas de ejercicios anaeróbicos, como levantamientos de pesas para conseguir algún importante desarrollo de los músculos.
3.- “Te restará femineidad en tus movimientos cotidianos, ¡vas a caminar como hombre!”.
Falso. Por el contrario, se ha comprobado que las artes marciales, en específico el karatedo, contienen movimientos muy elegantes que combinan la soltura (rapidez), con el control (fuerza) y para su ejecución se requiere de agilidad, gracia y sobre todo elegancia.
4.- “Te volverás altanera y gritarás hacia las personas que te rodean”.
Falso. Simplemente te volverás más segura de ti misma: la disciplina y constancia que adquieres se verá reflejada en tu actitud que, como parte esencial del aprendizaje, consiste en acatar ciertas reglas de conducta (Código Bushido), entre las principales están la cortesía, justicia y el respeto hacia los demás, empezando por la familia.
5.- “¡Enseñarás a los niños (hijos y/o sobrinitos) a pelear!”.
Nunca. ¡Exactamente lo contrario! Por cariño, a ellos les enseñarás, pero a defenderse. En karatedo tenemos un lema esencial: “nunca iniciamos un ataque, sólo nos defendemos”.
Desafortunadamente, en la actualidad cada vez es más necesario defenderse por tanta inseguridad social en nuestras ciudades, sobre todo los niños y las mujeres.
Justo es que si hemos avanzado tan rápido dentro de las ciencias y técnica, actualicemos también nuestra mentalidad.
Quitémonos ya de tantos prejuicios y actitudes que se convierten en piedras en los zapatos, que nos impiden avanzar y desarrollarnos para el crecimiento como personas, escuelas, trabajo, esto es la sociedad de la cual formamos parte; y que es nuestra responsabilidad que funcione lo mejor posible para quienes vienen detrás.
(Texto íntegro con algunas modificaciones para adecuación de estilo editorial)
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