Jiujitsu para romper esquemas, superar metas y lograr equidad de género

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Hannia Zavala y Mayra León, coincidieron en ser originarias del norte del país al llegar a la CDMX, además de encontrar en el jiujitsu un camino para romper esquemas, conseguir metas, ser campeonas y encontrar la equidad de género con profesores y compañeros de entrenamiento.

Ellas son Hannia Zavala y Mayra León, quienes además de coincidir en ser originarias del norte del país, encontraron en el arte marcial del jiujitsu un camino donde han logrado romper esquemas, conseguir metas, ser campeonas y encontrar la equidad de género con sus profesores y compañeros de entrenamiento, al igual que su grupo de compañeras.

Como competidoras, ambas fueron ganadoras en el pasado 3er Abierto de Grappling CDMX, organizado por la Asociación de Jiu Jitsu y Artes Marciales del Distrito Federal (AJTSUYAMDF), en donde ambas tuvieron que demostrar sus cuatro años de práctica en esta disciplina.

Hannia Zavala, categoría adulto mosca intermedia, obtuvo la medalla de tercer lugar, sitio que, como ella lo menciona, no fue fácil obtenerlo.

“Me fue bien, saqué tercer lugar. Ha sido un largo camino para poder competir. Yo empecé hace cuatro años en Tijuana, Baja California, y actualmente soy cinta azul 2 grados”.

Como ella señala, su gusto por esta disciplina ha sido desde que su infancia, época desde la que quedó fascinada con los deportes de contacto.

“Me gustan los deportes de contacto, siempre me han gustado. Yo lo veía y decía: ¡qué increíble!”

Sin embargo, cuando Hannia decidió iniciarse en las artes marciales, se topó con una situación no esperada.

“Cuando empecé en Tijuana era la única chica, luego dos, a veces tres, siempre había pocas mujeres. Era un poco extraño”.

“Como mujer, en un entrenamiento de este tipo necesitamos mucho apoyo de nuestro profesores, que sepan dar clases y entrenar a mujeres, que sepan darnos esa motivación, para que no lo dejemos, que no nos dé miedo”.

De Tijuana, Hannia llegó a radicar a la Ciudad de México (CDMX), donde dio con la academia Bujutsu, un lugar donde además de poder seguir su entrenamiento jiujitsu, encontró una situación diferente.

“Actualmente entreno en la organización Bujutsu, tengo dos años con ellos, es un equipo increíble, somos un grupo como de 15 chicas muy unidas, competimos todas, cuando no compiten algunas, las otras nos apoyamos en los torneos, se ha formado un equipo muy sólido y eso nos ha ayuda mucho a seguir trayendo más chicas y que este equipo se vaya haciendo más fuerte, pero todo esto es gracias a los profesores y compañeros.

“No nos tratan diferente en los entrenamientos, nos fregamos igual que los hombres, luchamos igual, y eso nos ayuda a que seamos más fuertes y que al estar aquí (en un torneo) no nos dé miedo”.

Hannia Zavala (izquierda) y Mayra León (derecha).
Hannia Zavala (izquierda) y Mayra León (derecha).

En el caso de Mayra León, ella es originaria de Sonora, donde comenzó a entrenar jiujitsu luego de haber sido invitada por su hermano a ver una clase que la dejó impresionada.

“Soy cinta azul tres grados, empecé a hacer jiujitsu porque mi hermano menor me invitaba y una vez lo acompañé y se me hizo que es un deporte de los más difíciles que he practicado, porque desde pequeña hago diferentes deportes”.

“Cuando empecé con el jiujitsu se me hizo como el reto más grande. Al principio no entiendes nada de lo que estás haciendo, hasta después de seis meses de entrenar todos los días, y cuando empiezas a moverte como debes hacerlo sobre el tatami… sientes mucha fuerza en todos lados”.

Al igual que su compañera, Mayra llegó a ser la única mujer de su escuela, pero esto no fue motivo para que se alejara de la disciplina que se tornó un completo reto para poderla conocer.

“No es como otro deporte, es muy de entender movimientos tuyos y de las otras personas. Es sentir, adivinar o pensar qué otros tres pasos siguen antes de que los haya hecho, es adelantarse… Es súper complicado y eso es un reto súper, me enamoré del deporte”.

Con este mismo reto llegó a vivir a la CDMX, donde al igual que su compañera, coincidió en la academia Bujutsu, donde se fortaleció y creció esta afición.

“Vine a vivir a la CDMX y conocí a Bujutsu, donde somos varias mujeres y todas nos apoyamos y entre otras cosas buenas, es que los hombres nos tratan como si fuéramos otro más en la academia, no como en otros lados”.

“Eso nos hace mucho más fuertes física y mentalmente, nos hace creer y sentir que podemos hacer esto y muchas coas más en la vida, donde se debe ser muy disciplinado, para ir por lo que quieres y llegues siempre a la meta… pero si no llegas, lo vuelves a intentar una y otra vez hasta que te sale”.

Mayra y Hannia coincidieron además en mencionar que este camino en el jiujitsu las va a llevar hasta un punto o lugar que las va a sorprender, pues además de haber roto esquemas sobre los deportes o actividades “adecuadas” para una mujer, aseguran que se en cada entrenaiento se preparan para enfrentar diferentes situaciones sobre el tatami, al igual que en la vida diaria, para aprender y salir adelante.

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