La medallista de plata en los pasados Juegos Olímpicos Río 2016, María del Rosario Espinoza sí participará en el próximo ciclo rumbo a Tokyo 2020, aunque de momento “no sé si quiero terminarlo o hasta dónde llegar”.
Lo anterior fue señalado por la primera mujer mexicana en ganar tres medallas en la máxima justa deportiva del planeta, durante una vista al Comité Olímpico Mexicano (COM) donde platicó sobre sus sueños, los cambios en el taekwondo, y su deseo de ser un ejemplo a seguir que deje huella en niños y jóvenes.
La ganadora de la medalla de oro en Beijing 2008, bronce en Londres 2012 y la última de plata en Río 2016, indicó que estos logros han sido sus mayores sueños hechos realidad.
“Fueron procesos olímpicos complicados, desde Bejing con los clasificatorios y las evaluaciones en México. Los segundos Juegos más complicados por cuestiones externas, no solo deportivas, y con conflictos en los que estaba involucrada. En Río también hubo cambios, como en el reglamento de competencia, ranking y también fue un proceso complicado, con cada día más competencia”.
En estos cambios, la atleta mencionó que ha tenido que evolucionar al mismo tiempo que su deporte.
“He tenido que afrontar esos cambios y poderme adaptar al nuevo sistema de competencia. Yo vengo del sistema convencional, en el que se hacían muchos intercambios, y así fue en Beijing, mis primeros Juegos; para Londres 2012, el peto o pechera fue electrónico, y en Río todo lo fue, desde el casco hasta el peto. Los jueces solo marcaban lo que era puño y patada donde no había sensores, que es en la parte de enfrente de la careta”.
Además, comentó que entre estos cambios ha estado la misma estructura física del atleta, “no solo en México, sino en todo el mundo (donde) ya son altos y con piernas más largas; por lo mismo el taekwondo se ha hecho más pasivo en general, pero también se pueden ver combates espectaculares si los atletas encajan en el sistema”.
En otro punto, María del Rosario señaló que siempre fue un reto muy grande ir tras ese sueño que tenía en cada ciclo olímpico, a causa de los problemas y situaciones complicadas que vivió en ciertos momentos de su vida.
“Era tanta mi preocupación que a veces me daban ganas de dejar ese sueño o pasión por mi deporte, pero sacaba ese extra, esas ganas de seguir adelante con ese sueño y nunca me rendí. Siempre fue mayor mi deseo y pasión por mi disciplina y mi deporte”.
En cuanto a considerarse un ídolo de México, la sinaloense mencionó no sentirse de esta manera, ya que prefiere ser un ejemplo a seguir para niños y jóvenes, a los que pidió ponerse una meta y practicar algún deporte para lograr su sueño, “sin importar los obstáculos que tengan enfrente, ya sean pequeños o grandes”.
“Quisiera que muchos niños y mexicanos jóvenes tuvieran la meta de poner a México en lo más alto, siempre con la motivación de ir a unos Juegos Olímpicos y traer medallas para darle esa felicidad al país; esto sería algo que me pondría muy contenta, pues yo dejaría esa huella”.
En cuanto a sus medallas, no dudo en afirmar sentirse feliz de aparecer por tercera ocasión en el Muro de Medallistas Olímpicos del lobby del COM, sitio que le inspiró para buscar sus éxitos.
“Cuando lo vi por primera vez me di cuenta que estaba cuatro veces Joaquín Capilla y me sirvió de gran ejemplo. Ahí me nació el gusanito de aparecer varias veces, porque al final, somos pocas las personas que estamos en dicho lugar, y siempre me ha gustado ser de esas pocas”.
En cuanto a los próximos Juegos Olímpicos, aseguró que buscará estar en el próximo cilo, aunque de momento no supo decir si llegará hasta Tokyo 2020.
“En lo deportivo voy a buscar el próximo ciclo olímpico, no sé si quiero terminarlo o hasta dónde llegar; lo único que sé, es que en estos momentos vivo un sueño muy grande en mi vida como deportista con mis tres medallas olímpicas, algo que siempre busqué y soñé. Por lo pronto, este año no compito más”, concluyó.
Con información de Sitio Oficial Comité Olímpico Mexicano e imagen Facebook Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte
